Allende: cuatro culatas para un solo fusil
Camilo Taufic
CADA SEMANA TRAS el 11 de septiembre pasado, nuevas fantasías y equívocos se han estado publicando en diversos diarios —de papel y en la web—, sobre la “metralleta” (el fusil AK) que Allende recibió como regalo de Fidel Castro. Según nuestras indagaciones, éste nunca estuvo en manos del Presidente en La Moneda, el día preciso en que fue derrocado y halló la muerte. ( Ver artículo inicial del autor sobre el tema, en www.lanacion.cl, 11/09/2007).
Se trata todavía de encubrir un astuto plan ideado por los golpistas en 1973, por lo menos 15 días antes del asalto a La Moneda —a nuestro juicio—, y probablemente con asistencia estadounidense, para hacer aparecer sí o sí al mandatario que sería derrocado el Día “D” empuñando un arma rusa, regalada por un Jefe de Estado comunista, con la que dispararía en defensa de su gobierno, y con la cual eventualmente —según el guión— se quitaría la vida, si es que no era despedazado antes por el bombardeo aéreo. (También planificado con mucha anterioridad).
En el diario santiaguino La Tercera, del domingo 16/09, el jefe de comunicaciones internas del Ejército, Guillermo O’Ryan, asegura que la institución desconoce actualmente dónde está el arma obsequiada por Castro a Allende, que fue exhibida, fotografiada y filmada en jardines de la Escuela Militar, pocos días después del golpe de Estado de 1973. O’Ryan entrega la siguiente primicia: “Sabemos que estuvo guardada en la Escuela Militar entre 1973 y 1978, y que luego fue devuelta a La Moneda”. ¡Magnífica explicación! La Moneda estaba todavía bombardeada, destruida y clausurada en 1978, y sólo fue reabierta el 11 de marzo de 1981 por el gobierno militar.
¿El fantasma de quién habrá recibido el AK-47 enviado por el Ejército al Palacio Presidencial derruido y desierto, tres años antes de su refacción? Seguramente no el de Allende, que combatió todo el día 11-S-73 en defensa de su cargo constitucional dentro de La Moneda, aferrado a una metralleta de culata metálica negra, en forma de horquilla (hueca en el centro), provista de una correa portafusil también negra, jamás regalada a él por Fidel Castro. Es la que aparece en la foto clásica del Chico Lagos (Luis Orlando Lagos Vásquez), difundida mundialmente por The New York Times desde octubre de 1973. Se han hecho decenas de miles de copias de esa imagen (Allende de casco, observando el vuelo de los bombarderos), y en Chile hasta el menos informado de los mayores de 30 años la ha visto alguna vez en su vida.
Pero más que dos, son cuatro metralletas distintas las señaladas por las autoridades militares desde la dictadura, como la obsequiada por el comandante Fidel Castro a Salvador Allende. El engaño y el autoengaño perduran hasta hoy, incluso entre sus partidarios. Se diferencian las cuatro armas, entre otros detalles, por su culata: lo más visible para expertos y profanos.
Culata Nº 1. De madera. Arma que certifica como auténtica Augusto Pinochet, que se guardaba permanentemente en El Cañaveral, residencia de la Payita, hecho revelado por primera vez a este cronista en 2003 por el amigo íntimo de Allende, Víctor Pey, el dueño del diario El Clarín. Dedicatoria de Fidel Castro manuscrita en la correa portafusil de color blanco: “A Salvador, de su compañero de armas, Fidel Castro”. Algunas versiones sitúan la dedicatoria en una lámina de metal atornillada a la culata o la empuñadura. (Fuente: el libro de Pinochet, ‘El día decisivo’, pág. 142, y el documental alemán ‘Más fuerte que el fuego’ (1978).
Culata Nº 2. Metálica, negra, en forma de horquilla, cerrada al fondo, sostenida por Allende en seis fotos de Orlando Lagos tomadas al interior de La Moneda, en horas de la mañana. Correa negra. Es la misma que exhibe el general Palacios por Canal 13, en la tarde del 11/09/73, en un patio del palacio presidencial bombardeado y todavía humeante. Igual texto de la dedicatoria que en la Nº 1, que Palacios no muestra. “Está grabado en la empuñadura” –no en la culata-, asegura. (Ésta y otras armas y proyectiles hallados en el Salón Independencia de La Moneda, donde se examinó el cadáver de Allende por peritos balísticos de la Policía de Investigaciones, fueron confiscados y destruidos inmediatamente después por orden de la autoridad militar, eliminando toda prueba, según consignan los propios funcionarios en un Acta Oficial de lo actuado (11-S-73; 19:00 horas), cuya reproducción facsimilar se encuentra en el libro ‘La Conjura’, de Mónica González, Ediciones B, año 2000).
Culata Nº 3. Metálica, de una sola vara delgada y aparentemente rectangular (imposible poner una dedicatoria allí), que figura en el Croquis Nº 15.254 de Investigaciones, del 11/09/73. No hay fotos de esa escena. El planimetrista Ossandón (firma y sello al pie) dibuja una metralleta entre las piernas del cuerpo sin vida de Salvador Allende, puesto en un sofá del Salón Independencia, “según la versión del Dr. Patricio Guijón, antes de que éste la retirara y la pusiera atravesada sobre las piernas del occiso”. Correa portafusil blanca. Totalmente distinta (el arma) a la Nº 2, exhibida a la prensa por el general Palacios, quizás a la misma hora, en otro lugar de La Moneda. Absolutamente distinta también a la Nº 1. (La parte central del fusil-ametrallador Nº 3, en el dibujo de Ossandón, es más gruesa que la de un AK-47, y el cañón más corto, sin la mira en forma de mariposa —de unos 4 cm— en la punta del fusil. ¿Se inspiraría en otro modelo, de otra marca?).
Culata Nº 4. Metálica de una sola vara, circular esta vez, como un tubo largo de color negro, rematada por una semiherradura para apoyar en el hombro, al igual que la Nº 3. Es esta cuarta metralleta la que empuña Allende en una conocida foto de práctica de tiro en El Cañaveral, junto al Coco Paredes, publicada originalmente por El Mercurio, en 1973... Era una más entre decenas de AK-47 proporcionados al GAP por los cubanos.
¿Cuál es entonces el fusil que jura haber examinado el 11/09/73, a las 16:30 horas, dentro de La Moneda, el entonces subinspector de la Brigada de Homicidios, Julio Navarro, según su relato a La Tercera de hace diez días? “En la culata de madera, en su cara izquierda, estaba la placa de metal, con la dedicatoria de Fidel Castro, y el número del arma: 1651” —afirma “ligeramente irritado” porque se duda de su testimonio. Pero en la misma página aparece una foto de 15x10 cm, proporcionada por el Ejército, donde un oficial muestra en la Escuela Militar (hace 34 años y con cara de “yo no fui”) la culata por su lado izquierdo, efectivamente de madera, pero sin placa ni inscripción alguna. En el reverso de la correa blanca, se puede ver estampado el número del AK de Allende, junto a su nombre: ¡4173! =
Thursday, September 11, 2008
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